viernes, 5 de febrero de 2010

LOS MISERABLES

Víctor Hugo de una forma despampanante muestra la cruda imagen de Francia por los siglos XIX en donde la vida se encajaba dentro de prospectos monárquicos, en donde a los pobres les tocaba la penosa tarea de encajar en el sistema sin derecho alguno.
Todo perfila una Francia (no tan lejana a nuestra realidad) donde los ricos eran la clase predominante (no porque eran muchos) ya que poseían el poder político, socioeconómico, y el mas importante el moral, (relativamente, ya que para obtenerlo hay que ganarlo, hay que obtener respeto por el pueblo para poder obtener un poder moral)
Es por ello que el gobierno en Francia no eran merecedor de poder moral, que considero yo mas importante que un poder económico; una Francia llena de pobreza, llena de desigualdad, debido a que como pueden haber niños y mujeres con hambre con señores y señoras que poseen grandes territorios, lujos, castillos y palacios, policías que oprimen a los pobres y una iglesia que no ha podido ayudar al pueblo en su totalidad por la opresión de la monarquía. Una monarquía legal e ilegitima, ya que no es lo que aspira el pueblo, no es lo que quieren los trabajadores, no es la que quiere la iglesia, hasta es posible que no es la que quieren los guardias de la monarquía, se quiere un régimen de libertades, de democracia, en donde las desigualdades se vayan disminuyendo.

Mientras existan leyes que opriman a los hombres, mientras existan mujeres moribundas, mientras existan niños hambrientos veremos escenas como esta, eran las sabias palabras de Víctor Hugo al comienzo de una de sus tantas obras maestras Los Miserables, y yo estoy totalmente de acuerdo con él porque yo mientras camino todas las mañanas por las calles me he sorprendido de la gran cantidad de gente moribunda, de indigentes, de personas que algún día lo tuvieron todo, o tal vez no han tenido nada, pero que lo único que necesitan esas personas son un medio para desarrollarse...

Nos da una gran enseñanza sobre los valores intrínsecos al género humano, además de ser una muestra fehaciente de cómo el hombre puede (y en ocasiones debe) cambiar, transmutar sus sentimientos hacia algo diferente e innovador para su persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario